La triste muerte.


Pantanos, viento y espera iluminan la tierra de cadáveres, allí donde los no enterrados gobiernan y se pasean tranquilos, allí donde los muertos descansan enterrados bajo sus pies arrepintiéndose por no haber aprovechado sus hilos de vida.
Numerosas paredes de ladrillo encierran al cementerio, congoja y tristeza se ciernen hoy entre ellas, especialmente porque las lapidas ya no saben que nombre escribir, y hoy se han aprendido el tuyo, lo han escrito sin avisar dejando inundado de vacío todo el pasillo de la casa. Ya no habrán mas historias sin principio, ya no habrán mejores recuerdos por vencer, ya no se hará nada ante sus ojos caídos, y ya nunca volverá a abrir el cajón en busca de las fotografías de su autentica tierra, sino que soñara y se mantendrá siempre en ella, sin encontrar el camino de vuelta a casa pero tampoco necesitándolo, por que allí donde vaya nos volveremos a ver, y mas crecidos y al cabo de muchos años, volveremos a estar con la ayuda del tiempo todos hablando.

En memoria de: Carmelo Manzanares Torres (1925 - 2008).


Escrito por Marc Nadal.

1 comentario:

Joan N.T. dijo...

Gran verdad se dice "nos volveremos a ver", la muerte es vencida por la Vida, el cuerpo se transforma y el alma remonta su vuelo a su verdadera morada.
La tristeza es siempre momentánea, porque la Vida sigue siempre su curso inexorable hacia la armonía de todo lo existente.
El alma nace y renace, cambia el vestido, pero el contenido se mantiene y progresa sin detenerse jamás.
Juan N. T.